30 de diciembre de 2011

Fátima y la soledad

Los diversos avatares del destino, que se resumen en una inoportuna y divertida cena de empresa mal planificada respecto al calendario de careras, hicieron que la masiva presencia que se preveía para la carrera de Fátima quedase reducida a un único miembro: nuestro gran Rafael García Leva.

Nos deja una crónica que es un lamento. No te preocupes Rafa, todos hemos pasado por este trance en alguna ocasión:

Triste es que de nueve componentes del equipo sólo se apunten cuatro, triste es que de esos cuatro sólo corra uno, pero lo más triste de todo es que el único participante del equipo lo tenga que hacer sin dorsal...por un momento mi dignidad arrastrada por el asfalto de Fátima. Hice la carrera pero como si no la hubiese hecho, ya que sabía que mi nombre no aparecería en el listado de corredores, pero de todas formas me repuse momentos antes del inicio y me brindé a mi mismo la carrera.

Una mañana fría, muy fría con cuatro grados de temperatura, llegué como siempre unos treinta minutos antes y empecé a buscar al resto de mis compañeros pero no vi a nadie, pregunto por mi dorsal y no aparece, me quiero hacer la foto pero no puedo estoy solo, que palabra más triste SOLO, en fin tomo aire y dan la salida, me posiciono bien, la carrera transcurre por asfalto un tramo e inmediatamente entramos en zona de campo por la campiñuela, la mayor parte del recorrido es llano excepto la parte final que hay que subir la pendiente de Fátima para encarar la linea de meta y según mi crono marco un tiempo de 43¨05 h. estoy muy contento porque aún haciendo frío para mí es una buena marca, respecto a mis compañeros Rafa y Enrique pensaba que iba a ser un final más digno para el vencedor pero se ve que la comida de empresa les ha hecho mella, lo siento por ellos. 


Un saludo de el corredor solitario.

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