2 de mayo de 2012

La media de Castro del Río o la puntualidad inglesa

La carrera de Castro era nueva para todos los miembros del club. 


Rafa Leva llegó como siempre, confiado y seguro de sí mismo, tranquilo, dispuesto a acompañar a la Presidenta hasta el final. Muriel, siempre sumido en excusas, el rey de la incertidumbre, empezó en grupo pero pronto demarró viendo una oportunidad de ganar. Isabel llegaba también conservadora, habida cuenta de que no había entrenado mucho en las últimas semanas y que era una carrera con un perfil desconocido.

Al poco de comenzar, Isabel se enganchó a un grupo comandado por Juan el Gallego, a quien desde aquí mandamos un fuerte abrazo y todo nuestro agradecimiento, por llevar a nuestra excelentísima Presidenta, y empezaron a coger un ritmo muy constante. Rafa Leva, viéndola a buen resguardo, se lanzó a la captura de Muriel. Como se pueden ustedes imaginar, tardó menos que poco en darle caza y, aunque el abogado hizo todo lo que pudo par mantenerse a su estela, al final hubo de imponerse el orden natural de las cosas y en el kilómetro quince, el tío del martillo llegó y le pego un buen viaje a Muriel, que entró en la meta con más fatiga que otra cosa. Rafa en uno treinta y nueve, pues casi sin despeinarse.

Por detrás, la presidenta, con ese ritmo ultraconstante, batió su propia marca en una carrera que no le era nada propicia, por el perfil y porque venía desentrenada, y bajó la barrera psicológica del 1:50, quedando además, segunda clasificada y llevándose

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