Al subirse Isabel al coche que la vino a recoger para disputar la carrera, Rafa y Cande estaban sumidos en una ardua pelea acerca del insoportable olor a ajo que inundaba el ambiente. El abogado recriminaba a Cande que qué es lo que había comido y Cande trataba de disimular sin saber muy bien por donde escapar de aquello. Echaba la culpa a una ensalada de la noche anterior, pero la realidad es clara, en la carrera, vampiros no hubo.
Después, la carrera tuvo poco que contar, más allá del paseo triunfal de la excelentísima presidenta, que volvió a dejar en claro su firme propósito de campeonar en los Rankings de Cruzcampo y de Mercacórdoba. Muriel, sorprendido, trató de seguirle la estela tras un comienzo irregular, y a fé que lo logró, pero a falta de los tres últimos kilómetros la presidenta aumentó el ritmo y Rafa no tuvo otro camino que el de la claudicación. Meritoria carrera la de Cande, que pese al gran tiempo invertido, fue capaz de terminar esta prueba que se hace bastante dura debido al desnivel acumulado. No importan los tiempos, lo que importa es participar.
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