El ejercicio de imaginar la realidad es a veces más reconfortante que el de mero espectardor de la misma y por eso esta crónica ha sido una de las más divertidas de realizar. Comencemos por lo que eran hechos objetivos, constatables y difícilmente interpetables:
- Juanma y el Excelentísimo Presidente se vieron ante uno de los paradigmas del adulto responsable.: La necesidad de elegir. Los caprichos del calendario situaron su partido de fútbol en el mismo horario de la carrera y ellos, tras arduas deliberaciones que les hicieron estar huraños durante la semana (elegir es renunciar y no es fácil renunciar en el mundo en que vivimos), optaron en esta ocasión por acudir al fútbol. Es justo decir que, en contra de lo que suele ser habitual, en esta jornada ganaron y que el Excelentísimo sirvió en bandeja con un pase (de tacón) sólo al alcance de privilegiados el gol de la victoria. Juanma fue sustituido en el descanso después de una primera mitad que podríamos calificar de discreta.
- Cande sigue con su lesión y nos mantiene en la más absoluta oscuridad sobre su evolución. No sabemos bien si esto obedece a una táctica o más bien a la dejadez. En cualquier caso queremos mostrar por escrito nuestro total apoyo y el ferviente deseo de que su recuperación avance cuanto más rápido, mejor.
- Enrique, en su particular relación con los équidos (recuérdese su tendinitis de caballo) hizo verdadero ese dicho popular que dice que ni los burros tropiezan dos veces en la misma piedra, sólo el hombre. Y bueno, aunque esto no deja de ser un hecho objetivo, constatable y difícilmente interpretable, pertenece a la historia de la carrera en sí, que será tratada a continuación.
- Juanma y el Excelentísimo Presidente se vieron ante uno de los paradigmas del adulto responsable.: La necesidad de elegir. Los caprichos del calendario situaron su partido de fútbol en el mismo horario de la carrera y ellos, tras arduas deliberaciones que les hicieron estar huraños durante la semana (elegir es renunciar y no es fácil renunciar en el mundo en que vivimos), optaron en esta ocasión por acudir al fútbol. Es justo decir que, en contra de lo que suele ser habitual, en esta jornada ganaron y que el Excelentísimo sirvió en bandeja con un pase (de tacón) sólo al alcance de privilegiados el gol de la victoria. Juanma fue sustituido en el descanso después de una primera mitad que podríamos calificar de discreta.
- Cande sigue con su lesión y nos mantiene en la más absoluta oscuridad sobre su evolución. No sabemos bien si esto obedece a una táctica o más bien a la dejadez. En cualquier caso queremos mostrar por escrito nuestro total apoyo y el ferviente deseo de que su recuperación avance cuanto más rápido, mejor.
- Enrique, en su particular relación con los équidos (recuérdese su tendinitis de caballo) hizo verdadero ese dicho popular que dice que ni los burros tropiezan dos veces en la misma piedra, sólo el hombre. Y bueno, aunque esto no deja de ser un hecho objetivo, constatable y difícilmente interpretable, pertenece a la historia de la carrera en sí, que será tratada a continuación.
Paqui fue la encargada de recoger los dorsales y lo hizo con tanto cariño y ahínco, que, mientras esperaba en la salida a que sus compañeros llegasen, tropezó y por tal de no soltarlos dió de bruces en el suelo y, como diríamos en mi pueblo, se "esolló" toda la rodilla. Afortunadamente el accidente no le impidió tomar la salida. La otra fémina en activo, Isabel, llegó al Puente Romano dispuesta a hacer una carrera a lo Romario (ya se sabe, yo no necesito entrenarme, voy de competición en competición) y aunque firmó un tiempo discreto, superó su mejor (y única) marca en esta carrera.
La representación masculina traía algo de especial en esta carrera. Juan Luis, nuestro corredor más veterano, acostumbrado a manejarse por los bajos fondos de la clasificación, llegó a la salida con una ladina sonrisa. Nadie sabía por qué y su modestia le impidió alardear de lo que allí iba a pasar. Ahora es fácil entenderlo mirando la clasificación. Su regularidad está empezando a ser premiada y en unas declaraciones en exclusiva tras superar la línea de meta, llegó a decir: "Apuntadme para el Muriano". No te digo na y te lo digo to.
Y luego estaba el binomio que nos brindó aquel magnífico sprint en el Zoco. Ellos empezaron como siempre: Enrique optando por la prudencia. Silencio, escuchar, asentir, de vez en cuando alguna pequeña y manida excusa (del tipo no estoy entrenando), y poco más. En cambio Muriel venía con la vena del corredor popular desatada. Ya se sabe: "Hoy entrego la carrera ya de antemano. Enrique, te lo digo, que hoy ganas tú, puedes ir tranquilo, que yo no estoy corriendo, no estoy en forma, ayer con el fútbol me puse tibio..." y no queremos aburrir al lector abusando de la repetición. El caso es que, como era de prever, cuando empezó la carrera, nada de lo pronosticado tuvo que ver con la realidad.
Rafa empezó suave, tal vez consciente del refrán popular. Y Enrique, que se vio superior, que se sintió fuerte, como nos suele suceder a todos en los quince primeros metros de la prueba, se pegó a Rafa Leva y asumió un ritmo que acabaría matándolo. Mediada la carrera, Rafa, que no había perdido contacto visual con la que seria su victima, se fue a por el. Lo que viene después ya lo conocen, ocurrió de la misma manera en el Zoco. Enrique, en la misma línea de meta, exhaló su último suspiro para decir de nuevo "no puedo más" y Rafa campeónó en su segunda carrera consecutiva.
La clasificación sufre cambios y se conforma un panorama ultracompetitivo para este año. El próximo capítulo: Cañero.
Dejamos aquí un histórico de la prueba:
P.D. Rafa Leva competa su segunda carrera desde que hizo oficial su petición de acceso al club. Ya le faltan menos kms.
P.D.2. Gracias de nuevo a Ana Marzo y su hija por su inestimable apoyo logístico. (Pronto queremos verlas corriendo)